Diana Blok ph |
Ain't no cure for love
(Leonard Cohen)
No, no se cura, se cronifica. Hasta los surrealistas lo supieron. Y aunque eso no hable bien de la creatividad humana, es un hecho que las opiniones y las frases más trilladas, las más cursis, las menos ingeniosas, más frecuentes y superficiales, esas que criticamos con énfasis, suelen ser bastante ciertas.
He soñado tanto contigo
Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.
¿Aún es tiempo de alcanzar ese cuerpo vivo, de besar en esa boca el nacimiento de la voz amada?
Tanto soñé contigo que mis brazos acostumbrados, de tanto estrechar tu sombra, al cruzarse sobre el pecho, quizás no se adaptarían al contorno de tu cuerpo.
Y ante la apariencia real de lo que me obsesiona y me gobierna desde hace días y años, me convertiría sin duda en una sombra.
Oh balanzas sentimentales...
Tanto soñé contigo que ya no es tiempo de despertar. Duermo de pie, el cuerpo expuesto a todas las apariencias de la vida y del amor y tú, la única que hoy cuenta para mí, has de saber que me sería más difícil tocar tu frente y tus labios que los primeros labios y la primera frente que llegaran.
Tanto soñé contigo, caminé tanto, hablé tanto, tanto amé tu sombra, que ya nada me queda de ti. Sólo me queda ser la sombra entre las sombras, cien veces más sombra que las sombras. Ser la sombra que volverá y volverá siempre a tu vida llena de sol.
Robert Desnos (1900-1945)
Y vamos ciegos, así, sin entender, pero buscando a tientas la felicidad. Mientras el mundo nos amenaza, furioso, nos paraliza el deseo, y nos avergüenza la historia. El pánico nos muerde la boca, trepa por la garganta, nos lastima la espalda, pero es más fácil renunciar a la vida que al amor.
Aún así creamos, construimos, nos amamos, con una fuerza violenta y rigurosa que nos empuja al abismo. Como si el continuarse fuera imprescindible, como si bastara para hacernos eternos.
Tal vez por eso insistimos, aunque amar signifique la mayor parte del tiempo romperse la cabeza contra las piedras.
yo y mi
yo y mi cuerpo fuimos a esa fiesta
yo bailé
hermoso rico y poderoso rozaba mi cuerpo
mi betty boop mi reina mi descalza
mi nombre es yoni.meri yo también
fuego furia ¿fumás? fuimos a su casa
estás mojada no sé no hemos sido presentados
sumergidos suma de noches estera estambres estaba aterrorizada
profeta centinela sentí un automóvil rojo rubio el tabaco
su espalda fuerte trepaba mi caída infinitos funestos café
piedras para dormir me acompañaba a casa y olvidé decírselo
las palabras son monedas clavadas a la tierra
historias de susy siempre lo he sabido
cómo explicarte hubiese cupido calendario
perdida en los andenes al día siguiente mi cuerpo caía del piso 29
olvidé decirle que siempre nadie y yo nunca los amores cobardes
lloraba no llegan porque los hombres etcétera
él era despiadado todo un hombre quemado de belleza
mi cuerpo gemía como un gato y lo envidié pero yo nunca
me meto en sus asuntos
dijo tu piel mi nena dame no sé qué cosa qué llave del infierno
yo hubiera declarado desplegado y estrenado un novio
hubiese dicho a mis amigas entrado en algún bar
hubiera hubiese vino que me matara
habráse visto tan chiquita y calentando bancos en la plaza
ay corazón si te fueras de madre
siempre la pena entre la pena y la nada
mi cuerpo roto pegado a lo sumido curioso rito de cucharas en
la mesa
sobre la mesa en la ducha él era el agua y me frotaba
belladona
dame en el centro de lo que siempre habla el espejo la sombra
del deseo era lacan en mi escritorio
ah para su estudio oh para su análisis acabar era ver
mi cuerpo demasiado tarde dónde estuviste le decía
ay corazón si supieras ser látigo y dormir
Susana Villalba de: Susy, secretos del corazón
Editorial Ultimo reino, 1989
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