Como la hiedra

                                                                Para Griselda Perrotta, que es mi hermana.


Fumás el último cigarrillo de la semana en camiseta y bombacha, parada al lado del ventanal de la cocina. Que el humo invasor no te delate. La mirada fija en la hiedra del patio que se muere de a poco. Lo decidieron los dos (común acuerdo, se llama). Cortaron juntos las arterias principales y de ahí para arriba todo se muere. Nueve metros de paredes tapizadas de hojas muriéndose lentamente. Qué difícil morir cuando lo decide otro. Lloverán esos cadáveres como caídos del cielo durante muchos días y está próximo el verano. Ahora tapizarán la pileta, el jardín, incluso el patio. Pero tu mirada poética lo compensará todo, como siempre. Y hasta el nudo en la garganta pasará. 
Reflexionás que sos un poco como la hiedra poderosa, que muere hoja tras hoja, día tras día. Y que sí, que hay que seguir amando y odiando como hasta ahora.

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