Exhumación




Duele. Dejarlo que atraviese sin entregar las alas. Las alas duelen también. Las alas son vuelo definitivo. 
Sentir un cosquilleo de derrumbe, un nudo que arde y tiembla.   
Y romperse. Como un glaciar. 
Juntás los pedacitos de vos misma, los que te quedaron en la alfombra. Lo hacés, para después no cortarte y sangrar.
Te armás de nuevo. Pedazo por pedazo, vas juntando las partes como de un rompecabezas de la infancia, esos con paisajes difusos y follajes raros. Pero vos no sos de cartón. Antes de juntar mirás muy bien cada instante, no podés ensamblar mal. Las partes hacen el todo. Las partes son tuyas.
Terminás. Te quedó algo más o menos parecido a lo que eras. 
Y seguís. 
Pero te mirás las manos, cortadas y deshechas, porque sos, eras, de vidrio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario