Creatura




No existir. Y que las cosas te atraviesen. Como si no tuvieras masa ni volumen propios. Pero tenés. Tu cuerpo no ofrece resistencia suficiente al golpe del amor. Lo deja entrar, se queda. Tu corazón anida esa y otras yerbas.
Quizás seas el prodigio monstruoso de un dios tan mentiroso y aburrido como Víctor Frankenstein. No importa ya. Sos. Monstruo, único en su especie.
Pero Víctor, tu criatura cobró vida mientras los demás dormían. Tiene un corazón que late, cerebro propio, alas. Y también ha vuelto de la muerte. Los dioses saben que pierden el control de vez en cuando. Ya no podrías deshacerlo, aunque quisieras. No todos matamos lo que amamos, Víctor. Has sido engañado, el Golem no es más que una utopía.

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