Nosotros dos: La obsesión de vivir


...
Los dos poseemos lo mismo: promesas incumplidas. 
Ausencias inaguantables, anhelos no concretados y una
antigua e inmensa acumulación de soledad.
Y los dos necesitamos exactamente lo contrario. 
Por eso al cruzarnos en este absurdo derrotero, 
flotando como corchos, sólo atinamos al sarcasmo, 
esa terrible arma de doble filo 
que acaba por herir más profundamente 
al que la empuña que al que recibe la estocada.
Los dos sangrando por algún costado, 
la diferencia es despreciable. Y a la larga, 
la tristeza nos domina con la dañina voracidad de un cáncer
a los dos por igual.
Los dos altruistas y capaces de la mayor bajeza al mismo tiempo.
Los dos juntos, pero separados por esa ineludible condición de dolor.
Los dos con nuestra sensibilidad golpeada 
contra las paredes de la vida cotidiana.
Los dos predestinados al error, a equivocar siempre el camino
y a encontrar lo ansiado a destiempo.
Los dos incapaces de construir una torre que nos salve.
Los dos obligados a representar una farsa sin autor.
Los dos, en definitiva, sin saber por qué.

José Sbarra. Fragmento de La obsesión de vivir. Editorial José Sbarra.

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