Pequeño diálogo imaginario entre Proust y Pizarnik
— Las que más me impresionan son esas mujeres tejiendo serenas y sonrientes...
— Aguántese usted el ser calificada de nerviosa. Pertenece a esa familia magnífica y lamentable que es la sal de esta tierra. Todo lo grande que conocemos nos viene de los seres nerviosos. Ellos y no otros son los que han fundado hasta religiones y han compuesto las obras maestras. Jamás sabrá el mundo todo lo que se les debe y sobre todo lo que han sufrido para dárselo.
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