L´amour est un monstre
El señor tijeras
El tiempo fue creado por la muerte. Para ver crecer aquello que matará.
True detective (The secret fate of all life)
Este espacio contiene spoilers de Las crónicas vampíricas de Anne Rice y el Universo inmortal de AMC.
Ya hablamos del erudito, el malcriado, el tirano ¡porqué me suena!, el padre de La Criatura. Las crónicas escritas describen que Marius, el hijo de Roma, fue separado de Amadeo en condiciones traumáticas. Aunque en retrospectiva se vuelve evidente que tanto Bianca, como Pandora y Amadeo se exiliaron de el amo blanco por necesidad.
Para aclarar este punto controversial, que a todas luces es sobre Amadeo, diré que si Santino no se lo hubiera llevado a la rastra, Amadeo igualmente hubiera corrido tras el barco del exilio con total convicción.
Amadeo dejó escrito en su propia crónica que Marius era un tirano. Gritó, berreó, pataleó, fue azotado, amenazado, encerrado, nada funcionó entonces. Nada cambió la configuración de la relación entre ambos, porque Marius no logró soltar la máscara. El Maestro razonable, el erudito riguroso, le ganó todas las partidas.
El esbirro del diablo, en cambio, solo necesitaría tiempo para transformarse en una criatura más siniestra y controladora que el adolescente que corría descalzo y manchado de pintura por las habitaciones del Palazzo. Y una de las formas más eficaces de control será para él, sin dudas, ocultar su poder. La otra forma de ejercer su poder será la sumisión.
[...] Hizo lo que cualquier vampiro podía hacer: romper esos gruesos pedazos de madera; sin embargo, hizo únicamente lo propio del vampiro. No parecía haber nada humano en él; incluso sus facciones bellas y su pelo moreno se convertían en los atributos de un ángel terrible, que sólo compartía con el resto de nosotros un parecido superficial. El abrigo hecho a medida era un espejismo. Y aunque me sentía atraído por él, con más fuerza quizá de lo que jamás me había sentido atraído por criatura alguna, salvo por Claudia, me fascinaba de una manera muy próxima al miedo. [...]
Punto para AMC.
Vemos que en la entrevista de Dubai Armand ocultará su condición a Daniel. Vigilará callado, preparará algunos tragos, servirá el almuerzo, manejará las luces y la calefacción desde su tablet, mientras ejerce un control estricto sobre su pareja y la relación con Molloy. De paso va a meter alguna que otra sugerencia cuando se vayan a la cama.
Complicadas las capacidades cognitivas del duende manipulador.
En realidad Armand estará verificando que sus borraduras, esto es, la edición de los hechos pasados en la memoria de los otros dos, su complicidad con Lestat y con Santiago, y su intervención en la muerte de Claudia en el Teatro de los vampiros, no salgan a la luz.
Flor de poder, aunque previsible viniendo de Armand, editar la memoria de los otros cual un archivo de Word. La serie dejará al descubierto que Armand literalmente se ocupó de borrar del pensamiento de Louis y de Daniel todas las cagadas que se mandó en el pasado. Borrará hechos puntuales, de situaciones que los vincularon durante la entrevista original, entrados los 70´s, en el departamento de la calle Divisadero.
Armand siempre rebotando entre el éxtasis y la agonía. Pero esta vez va a pagar un precio muy alto por la traición. Va a perder a Louis, tal vez la única criatura en todo el universo que le importó de verdad más allá de sí mismo. Así, Louis no se convertirá en la herida, sino en un hueco de amor.
A pesar de las advertencias, la agresión física, y las amenazas de muerte de Louis, Armand tendrá una última actitud de despecho antes del final: convertirá a Daniel Molloy en bebedor de sangre. Según las crónicas, doce años después de la primera entrevista en Divisadero Street, habiéndolo convertido desde esa misma noche en un adicto a su sangre. Su propio esbirro. Según la serie, la noche que Louis lo abandona en Dubai, al finalizar la entrevista de 2022.
La oscuridad que se cocina entre estos personajes es inaudita. Descubre una trama oculta, sin solución de continuidad, mucho más compleja y genuina que la que presenta Anne Rice en sus crónicas escritas. Este upside down del menage a trois fue creado, con solo indicios, por AMC.
Punto para AMC.
Y al menos en la serie Lestat ya tuvo su oportunidad de redención. Hasta que la cague de nuevo, la máscara se resquebrajó y pudo verse asomar una criatura singular y generosa que estaba escondida. Aún así, tengo que advertirles que es una ficción y no lo intenten en sus casas. No lo olviden: los narcisistas son, como mínimo, peligrosos. Sobre todo si tienen colmillos.
En cuanto a Marius, no tuvo su momento todavía. Veremos lo que puede hacer por él AMC.
Séptimo hijo
Alto ahí, vampiro. Esta crítica contiene spoilers sobre Las crónicas vampíricas de Anne Rice.
[...] I´m going to miss this place. There’s not an inch of this city that wasn’t built from the fierce wilderness that surrounds it. Hurricanes, floods, fevers. The damp climate on every painted sign, every stone facade. High windows, through which enameled bits of civilization glitter. Silhouettes emerging, wandering out to catch a silent flash of lightning. The silky warmth of summer rain. Desesperate alive, desesperate fragile. [...]
Durante toda la historia, muchos lo han llamado malcriado. Lo cierto es que Lestat soltó las riendas de la moral y las buenas costumbres muy tarde en su vida humana. Actitud casi lindante con las fronteras de su vida vampírica.
Antes de eso fue un hijo respetuoso y recoleto, pasivo. Víctima de su madre, su padre y sus hermanos. Proveedor, séptimo, anteúltimo hijo, se hizo cargo de todas las situaciones que sus hermanos supieron evadir con total destreza: un castillo destruido en L´Auvernia, sin posibilidad alguna de volver a ser un hogar; la miseria, la pobreza intelectual de la casa, la gran carga de un padre ciego y bestial, y una madre tísica a punto de morir.
Para colmo de males, una manada de lobos que azolaba la aldea, y la presión de los vecinos para que se ocupara de ellos. Situación que le hizo ganar el favor de la Reina.
Pero todo vampiro nace de un trauma.
Vamos a ser redundantes, sí. Nadie le preguntó a Lestat si quería seguir viviendo su vida de mierda al lado de Nicholas, durmiendo en una buhardilla roñosa de Paris, actuando en las calles por unas monedas apenas para comer, o recibir el don oscuro. No importa lo que hubiera decidido, en contexto o fuera de él, lo grave fue, desde un principio, la falta de la posibilidad de elección.
Es que su transformación en bebedor de sangre fue, ahora lo sabemos, una orden de la Reina Madre. Y todos los actores que intervinieron en esa transformación prodigiosa, y en el acercamiento posterior a la Reina, todos, desde el primero (Magnus) al último (Marius) tomaron la situación como lo que fue: un mandato ineluctable.
Lestat fue creado para ser el Consorte Real.
Es lógico, siendo Akasha implacable como era ¿Quién en toda la creación vampírica sería capaz de cuestionar la decisión de la única portadora de la semilla de Amel? Ninguno que quisiera vivir lo suficiente.
Louis sí fue consultado, y tuvo la posibilidad de elegir. Aunque no entendió lo que significaba.
Pero ¿por qué los lectores de Las Crónicas, sus compañeros de aventuras por la vida eterna, y la misma Madre inmortal que lo eligió insisten siempre en llamarle malcriado?
Tal vez porque en París, ya nacido, cuando compró el Teatro Renaud, se asoció con Armand, y reclutó algunos de los vampiros del aquelarre mugriento que sobrevivieron al fuego, escribió para el grupo un puñadito de reglas que todo buen vampiro debería seguir. Las reglas las pensaron juntos y las dejaron escritas, hubo consenso. Después Lestat se fue al Nuevo Mundo, conoció a Louis, y mágicamente las olvidó: en América rompió todas las reglas que escribió, de la primera a la última.
La serie de AMC+ fluctúa un poco en este aspecto, por momentos intenta limpiar la consciencia y la actitud hilarantes de Lestat. Basándose en la premisa de que "la memoria es un monstruo", Louis cuenta dos versiones diferentes y opuestas de algunas de estas situaciones difíciles de asimilar (como la transformación y la posterior muerte de Claudia) pero lo cierto es que en los libros las cosas no son así sino más bien lineales.
Lestat desafía a Marius y a sus reyes de piedra con insolencia, no una sino varias veces: entra al Santuario del Mar Egeo sin permiso, se alimenta de la sangre real de la Madre sin permiso, pone música, toca el violín, practica, se queda dormido. Hace todo lo que Marius le prohíbe y después desaparece; llegado a París, ataca a Armand con un poder debilucho y reciente, sin tener la menor idea a qué tipo de monstruo se enfrenta. Situaciones todas que, de más está decirlo, a los tres vampiros más antiguos y poderosos de la tierra no les mueve ni un pelo, causa un poco de enojo pero también bastante ternura.
Lestat transforma a la niña para retener a Louis en casa, después la entrega a Armand, el más despiadado de los antiguos, para que haga con ella su voluntad. Lestat hace pública su condición sobrenatural, revela su identidad a cuanto mortal interesante se le cruce, mata sin discreción ni control, hipnotiza, roba, engaña, tiene amantes humanos, usa múltiples identidades para comprar y vender, falsifica documentos, se transforma voluntariamente en una celebridad, provoca a otros vampiros conminándolos a presentarse ante él y cazarlo. Maneja un Porsche negro.
Mientras los vampiros del mundo se conducen con extrema cautela, escondidos y temerosos aunque feroces, Lestat nunca tiene miedo de ser Lestat. Se divierte como un suicida. Creo que es algo que AMC + desarrolló mejor que Anne Rice. Porque el mismísimo, detrás de esa sonrisa encantadora y esa belleza histriónica, carga un halo irreductible de culpa, dolor y reviente que no lo abandona jamás.
A este se le ven los hilos, la ira lo desborda, es impulsivo, su actitud es burlesca, similar a la del bufón medieval. Un poco insoportable, sobre todo para aquellos que vivieron con él. Para ser más clara, AMC logró borronear esa linealidad que había en la escritura, pero también en la construcción de los personajes. Llenó algunos espacios vacíos, porque lo que no se dijo también estaba.
La serie tampoco duda en dejar clara la obsecuente personalidad de Armand. Pero la obediencia de Armand es apariencia pura, debo decir. Es estrategia. Armand no discute, pero no se deja presionar. Simplemente calcula y dice que no a todo lo que le parece inapropiado. Como hacer otros vampiros, por ejemplo. Responde a sí mismo, y sus motivos jamás son altruistas. Bueno, a veces sí. No necesita parecer feroz, porque lo es. Las muestras de su poder son escasas, hay que buscarlas, confunde. Louis se equivoca con él. Durante décadas no lo sabe leer.
Literalmente no se puede dejar al lobo cuidar de las ovejas.
Deberíamos recordar que por más viejo que sea también él nació de un trauma. Aunque su transformación fue lenta y premeditada, incluso consensuada, a pesar de las dudas de su creador, el final fue precipitado y doloroso: hubo que decidir al borde de la experiencia humana de la muerte. Todo por meterse en la cama de un lord inglés muy celoso, no asumido, con una espada tan afilada como venenosa. No es una metáfora.
No hay metáfora posible con Armand.
En la serie, La Talamasca intenta dejar clara su posición frente a la entrevista cuando le advierte a Daniel Molloy:
Usted le teme a Armand, debería temerle al otro...
Raglan James se refiere a Louis de Pointe du Lac. Error de criterio premeditado, con la intención de crear un efecto en la trama de la serie. Todos sabemos que el temor de Daniel es fundante y real. Del temor nace la tortuosa relación que es su karma, y es con Armand no con Louis. Marius tendrá que hacerse cargo de los restos, cuando Daniel sea simplemente descartado, cuando Armand se aburra de él y su adicción a la sangre, después de años y años de jugar al juego del gato y el ratón.
Ahora, otra pregunta que da vueltas con insistencia durante toda la saga: ¿por qué Lestat se empeñó tanto en ocultar su poder a la familia de Nueva Orleáns? Digamos en principio que Louis presenta una hipótesis bastante romantizada de la manipulación. Louis opina que Lestat "solo intentaba que la relación entre ambos no fuera tan desigual". Para colmo, en la serie de AMC Louis es negro, lo que duplica la apuesta.
A las claras el motivo de Lestat es absoluta y completamente selfish. La mejor forma de retener a alguien es cortarle las alas, no darle muestras de su propio poder potencial, enseñarle solo lo suficiente para que ni siquiera se imagine alejándose.
Y en la trama eso es exactamente lo que hace Lestat; con Louis, pero también con Claudia, esconder el poder posible, limitar la información, sembrar miedo y dudas, no permitirles crecer más allá de su propia decisión de fronteras.
Víctima de su propia actitud, sí. Pésimo padre, también. Pero si hay algo que el poder hace es desbordarse del individuo: lo habita. Así que el circo de la igualdad les duró poco, fue tan breve como la familia que formaron. Y la configuración familiar finalmente cambió, porque los hijos crecen.
Lestat tuvo miedo, un miedo atroz, de ser abandonado. Es razonable que ocultara su más profundo temor, lo cuestionable fueron sus métodos. En el top de la cadena alimentaria, el ser más adaptable del universo tuvo miedo de la soledad, tal vez la emoción más banal de la experiencia humana. Desesperadamente vivo, desesperadamente frágil.
El amo blanco
Alexandre Cabanel. El ángel caído (detalle) |
Esta crítica contiene spoilers sobre Las crónicas vampíricas y el Universo Inmortal de Anne Rice.
If I am an angel, paint me with black wings!
Anne Rice (The vampire Armand)
[...] Había algo grotesco en él, acentuado por su gracia y la serenidad imperturbable de su rostro blanco [...]
Anne Rice (Interview with the vampire)
Algunas consideraciones sobre Marius de Romanus:
Dame un senador romano y una esclava celta y te daré un hijo ilegítimo, erudito y políglota (el verdadero malcriado de esta historia) que, pensando que iba a ser un sacerdote druida, se le torció el destino: fue convertido en vampiro adentro de un roble hueco, y cargó con la cruz de la especie sobre sus hombros durante toda la eternidad.
Marius es el responsable de que Armand sea un jodido. No es que antes de él su corta vida humana hubiera sido más fácil, claro que no, no estoy diciendo eso. Lo que digo es que podría haberle ahorrado al adolescente la continuidad del trauma.
Esclavizarlo en un Palazzo veneciano de pisos caldeados para obligarlo a pintar, no ayudó. Entregarlo a los ocasionales amigos viciosos que llegaban a la ciudad en busca de diversión, no ayudó. Azotarlo hasta sangrar, cambiarlo por piezas de arte no es precisamente la idea que tenemos sobre ayudar a sanar.
En Venecia, Marius era un mercader de arte. La moneda de cambio era Amadeo.
Eso explica la distancia infranqueable. Eso explica el hecho de que, después del ataque de Santino y su pandilla de oscuros, Marius y Amadeo jamás hayan vuelto a intentar siquiera saber el uno del otro. Se creyeron mutuamente perdidos. Sin más.
El destino fue duro con los dos. La noche del fuego, Marius sufrió quemaduras tan severas que lo incapacitaron durante meses; fue desfigurado, su piel sin poros, marmórea, tan propia de un hijo del milenio se chamuscó, sus órganos se comprimieron, los pulmones fallaron incontables noches. Rascó el borde de la muerte, lloró, gritó, alucinó, maldijo su propia cobardía por no decidirse a matar a Santino.
Y hubiera sido cenizas si no fuera porque atinó a arrojarse al canal. Marius nadó hasta El Santuario, el refugio de los Padres Sagrados, en una isla del Mar Egeo. Un espacio de culto subterráneo, excavado en la piedra de un castillo que él mismo había comprado y acondicionado para darles refugio, después de que el Dios del Roble del bosque de los druidas le pasara la custodia.
En los días posteriores el amo blanco ni siquiera podría cazar por sí mismo. Se debilitaba, la telepatía no le funcionaba, y el dolor de la carne se volvía insoportable. Después de varios intentos, finalmente pudo dar con el pensamiento esquivo de Bianca Solderini, una mortal veneciana con la que él y Amadeo se habían vinculado antes, sin revelar sus verdaderas intenciones.
Bianca acudió en ayuda, aunque no entendía bien de qué iba la cosa. A regañadientes participó de su secreto, lo dejó entrar en su mente, hasta que a causa de sus propias limitaciones humanas, también ella fue convertida en una bebedora de sangre. Marius era un tipo muy pragmático cuando se trataba del cuerpo de los otros.
La noche del fuego Amadeo fue secuestrado por Los hijos de la oscuridad, el grupo de vampiros de Santino con fundación en Roma. Todavía no eran cirujas, pero ya veneraban al diablo y empezaba a gestarse entre ellos una especie de delirio colectivo de reclusión y penitencia. Desde Venecia se los transportó en barco durante días, y el destino final del grupo fue Paris.
Ya iniciado en los rituales absurdos y bestiales del aquelarre, recién nacido a la oscuridad, sediento, humillado, con el corazón roto y el cerebro frito, se lo imbuyó de poder: Armand se convirtió así en el líder de la asamblea romana de Santino. Poder que cultivó celosamente hasta que llegó Lestat a la ciudad de Paris, y fue convertido por Magnus. Entonces todo cambió:
Antes de él solo éramos animales asustados, escondidos detrás de las piedras.
Lestat venía a decirles que no existía tal cosa como dios o como el diablo, que los verdaderos Dioses de la creación eran ellos, los bebedores de sangre, que todos eran iguales y que para ser buenos vampiros no era necesario estar tan sucios. En definitiva, Lestat dijo a viva voz las verdades que Armand se repetía en silencio desde hacía siglos.
Por eso la asamblea de París se rompió con tanta facilidad. Por eso, en un principio Armand quedó prendado de Lestat en una relación de poder tan pegajosa como insostenible. Por eso el vínculo posterior de respeto y complicidad. Más allá de las chicanas mutuas, más allá de Louis y de Claudia, ellos siempre supieron quién era el otro.