L´amour est un monstre

 


Vos eras la reina, yo el bufón de tu reinado
Ese amanecer no me lo voy a olvidar.
(La Delio Valdez)



Atención: spoilers de actividad inmortal en el Reino de Anne Rice.

Había una vez un señor que se llamaba Daniel Molloy. Era periodista, así que entrevistaba gente la mayor parte del tiempo. Le interesaba sobre todo la gente más pequeña, las historias insignificantes que forjaban hora tras hora el ambiente y el destino de una ciudad. Un día conoció a un vampiro en un bar de San Francisco y todo se fue al carajo. 

AMC+ plantea dos momentos bien diferenciados en la trilogía del mal Armand-Louis-Daniel. 
Nos muestra a Daniel en 1973, cuando conoce a Louis en el bar y decide entrevistarlo, y el otro momento es en Dubai, en 2022, cuando ya era portador de una condición avanzada de Mal de Parkinson y es requerido por el vampiro para considerar algunos aspectos de la entrevista anterior. Y agarra viaje. 

En el medio, los tres fingen demencia. 

La realidad es que en las crónicas escritas, Daniel no tuvo tantas oportunidades de diálogo. Hizo la entrevista en el departamento de Louis de la calle Divisadero, pero al final la cagó. Después de recibir los detalles jugosos de una errante vida de inmortal, El Chico demostró que no había entendido el mensaje que Louis pensaba darle a conocer al mundo a través suyo. 

A esa larga noche de angustias y reflexiones siguió la decepción: Daniel quería ser parte del clan, quería el Don Oscuro. Lleno de ira, Louis lo agredió y se esfumó del lugar sin cumplirle el capricho, por supuesto. 

La cuestión es que al final de la noche, un poco confundido, bastante perturbado, Daniel logra escapar del peligro. Sin embargo, en los días siguientes, intenta contactar a Lestat guiándose por las señas particulares de lugar que consiguió extraer de la entrevista. En su desafortunado camino por la casa de Lestat, a quien encuentra merodeando por el lugar es al gremlin. De más está decir Armand. 

El gremlin no le tiene tanta piedad como Louis. Sin embargo no lo asesina. Algo en él, una corazonada, una idea, un reblandecimiento repentino lo impulsa a seguir rompiendo las reglas.

Se inicia entonces entre ambos un proceso de lenta transformación. La verdad al final del túnel es que Armand se consiguió así su propio esbirro. Pero el Diablo no comulgaba para nada con la idea de traer otros vampiros al mundo, así que con este único discípulo se tomó su tiempo. Doce años. 

La noche que terminó su transformación lo abandonó. La psiquis de Daniel quedó maltrecha, era un adicto a la sangre de Armand. Después lo encontró Marius y lo llevó con él a su casa. Cualquier sujeto en esa situación representaba un peligro para la especie, porque su comportamiento se volvía impredecible; había perdido el habla y la capacidad de alimentarse, aunque pasaba las noches pintando miniaturas mediante un sofisticado sistema de lupas. 

Que yo recuerde, Armand no volvió a preguntar por él. Tampoco por Marius. A Daniel le permitió vivir, y eso ya es mucho. Algo de cariño le tendría.  Daniel corrió mejor suerte que Nicholas de 
L´enfent, por ejemplo. El novio auvernés de Lestat fue mutilado y después asesinado a causa de su comportamiento errático. Armand entendió lo que a Marius le costó siglos y quemaduras.

A favor del Meister tengo que decir que hubo un motivo. Lo de Nicky fue más bien una cuestión práctica. El violinista no podía parar de tocar, su psiquis no resistió la transformación, su Don Oscuro viró hacia zonas insólitas, se volvió vulnerable y sombrío, así que Armand al principio lo encerró en las catacumbas, después le rompió el violín. Supongo que Nicky se hizo de otro instrumento, porque después le amputó las manos, y finalmente decidió matarlo. Era insoportable. 

Armand no limpiará solamente las pelusas del sillón, no señor. Muchas veces se ocupará de limpiar el desastre que dejen los otros vampiros. No sin quejarse, obvio. Por eso ha sido extraño, incluso desprolijo, su comportamiento con Daniel.

Hasta aquí la historia de Daniel escrita por Anne Rice.

A los efectos de la trama, sin embargo, AMC + tuvo que retrasar la transformación de Daniel Molloy por unos treinta años. Es decir, hubo que abrir la historia, meterse en los intersticios, y continuar.

Dije que Daniel volvió a encontrarse con Louis y con Armand en Dubai en 2022 para retomar la entrevista. Encontró también ciertas anomalías en la relación. Primero le hicieron creer que Armand era el secretario de Louis, un árabe musulmán llamado Rashid. Armand estaba seguro de su edición, Daniel no podía recordarlo. En el final de la primera temporada dijeron la verdad. 

Sin embargo, después nos enteramos que durante la entrevista de 2022, Daniel fue hábilmente contactado por La Talamasca. La organización paranormal pasó el filtro de estos dos vampiros, y aunque Armand algo extraño captó, y estuvo indagando un poco, la verdad es que al final se distrajo. Eso es muy, pero muy raro. 

Es real que la organización intervino para proteger a Daniel de una muerte segura en manos de los otros dos viciosos, pero también lo hizo con la idea de quebrar la trama sólida que Armand había forjado, para soltar los hilos que había movido al reordenar los hechos pasados a su favor, y para poner en evidencia su largo historial de mentira.

Lo extraño del asunto es que La Talamasca normalmente no interviene, solo observa y recoge evidencia, pero esta vez parece que se las trae. Algunos hablan ya de un spin-off.

La prueba que usaron para desenmascarar a Armand fue un viejo guión, cedido por un vampiro disidente de El teatro de los vampiros, que había conservado este original en su poder. Un guión escrito por Armand para Lestat y para un tribunal vampírico. El guión tenía acotaciones de puño y letra, demostraba que Armand había creado y ensayado lo que iba a suceder, que los hechos no serían realmente fruto del azar del juicio.

Es decir, la obra sería presentada a manera de ficción para el público humano del teatro, pero en realidad era un juicio por intento de asesinato. Claudia y Louis recibirían finalmente sentencia por intentar deshacerse de su creador. Madeleine por estar ahí y ser una novata creada sin el permiso del líder del clan. 

El guión echaba por tierra la versión creada por Armand para el oído de Louis, lo ponía en evidencia, lo mostraba tal cual era: el cómplice de Lestat. Armand había fingido todo ese tiempo estar de un lado cuando en realidad había estado del otro. Siendo el líder, se había proclamado inocente de cualquier daño contra Louis y Claudia, aludía haber callado por estar bajo amenaza del grupo del teatro.  Cobarde. 

Solamente Louis podía creerse que Armand le tenía miedo al grupito de bastardos.  Incluso a pesar del motín de Santiago. El tema con Santiago es que quería ocupar el lugar de Armand, pero Armand no quería cederle el poder. Así que prefirió ceder a los deseos de venganza de Lestat y del grupo. Lo hizo aún en contra de Louis. De jodido nomás. 

Pero tal vez lo peor que hizo fue atribuirse los créditos por salvar a Louis de la sentencia del tribunal, una muerte segura por exposición al sol, cuando en realidad quien había manipulado la voluntad del público para aplacar el castigo había sido Lestat. Así que el público decidió para Louis en vez de la muerte, el castigo del destierro. 

No. No lo iban a mandar a Siberia, lo pensaban encriptar en una pared por toda la eternidad. Igual que a Nicky, igual que al creador de Santiago. Claudia no corrió la misma suerte, Madeleine tampoco. Esta vuelta cinematográfica la decidió AMC +. Lestat no salvó a nadie en los libros. 

Siguiendo la trama de la serie, tanto Armand como Lestat permitieron que Claudia se convirtiera en cenizas. Para no ceder el poder del líder, Armand estuvo dispuesto a permitir incluso la muerte de Louis. Lestat lo salvó del sol manipulando la voluntad de un público sediento de venganza por él. 

Lou fue encerrado en un ataúd y enterrado vivo dentro de una pared para que muriera de hambre. Después Armand lo alimentó con su sangre, en cuanto pudo lo sacó de la pared. Optó por callar y desaparecer la noche que Louis quemó el teatro con los vampiros adentro. Así que de esa manera empalmó Armand los hechos a su favor. Primero traicionó a Louis, después a los vampiros del teatro.

Y así de enredado como parece es como fue planteado por AMC: Armand propició el secuestro de Lou, Claudia y Madeleine la noche que visitaban la ciudad, después decidió no salvar a Claudia, tampoco salvó a Louis, pero cuando Lestat lo salvó del sol y lo emparedaron vivo, lo liberó de la pared. 

Es cierto que lo escuchaba gritar noche tras noche mientras moría, de eso no hay dudas. Pero ¿es cierto que debido a su relación con Louis, como líder de la asamblea, vivió amenazado por el grupo, fue degradado y sometido durante meses a las tareas propias de un iniciado? 

Lestat cruzó el océano para pedir justicia, pero cuando estuvo frente a Louis en el juicio le pidió perdón por todo el daño pasado, después lo salvó de morir. ¿Cruzás el océano para pedir justicia y pedís perdón?

Con ellos todo parece una representación porque son las Reinas del Drama. 

—Crossed an ocean because he wanted us dead. And then...something real. This is Lestat. What he does over and over.

Igual no nos quejamos, porque Sam Reid nos conmovió con la actuación desde el principio. Es válido lo que los lectores de las crónicas dicen: que Sam Reid no interpreta a Lestat, está poseído por él. Anne Rice tomó al monstruo más antiguo del folklore, tal vez el más temido, y sin quitarle una pizca de poder lo dotó de personalidad humana. AMC se encargará de hacer el resto. 

Pero volvamos al círculo del mal. Cuando en 2022 Daniel decide utilizar el manuscrito del Teatro para desenmascarar a Armand, observa con alegría como la relación vuela por los aires, por supuesto. Louis agrede a Armand y lo amenaza de muerte, en el caso de que se le ocurriera la loca idea de matar a Daniel por venganza. Le pide que saque sus cosas del piso de Dubai y vuelve a Nueva Orleans a buscar a Lestat. 

El círculo gira, y todo vuelve a empezar.

Armand, que de tonto ni un pelo, prefiere callar otra vez. Se queda en silencio, recibe las amenazas con cautela; después de romper paredes con el cuerpo ni siquiera se levanta del piso. Actúa cuando Louis se va. Louis por su parte comete el error de pensar que Armand se ajustará a las órdenes y lo deja con Daniel en Dubai.

El lobo a solas con la oveja ¿en serio?

A Daniel ya no lo salvará nadie, ni Rashid, ni Louis, ni La Talamasca. Además, ya sabemos lo que debe suceder, todo tiene que volver al cauce original: Armand transformará a Daniel en bebedor de sangre. 

Tanta cháchara y todavía no conté lo que armó AMC con los hilitos apenas enlazados que dejó Anne Rice sobre la entrevista de San Francisco de 1973.

Resulta ser que Louis y Daniel se conocieron en el bar de San Francisco. Armand andaba por ahí,  como siempre en las sombras, pero resuelto a no intervenir en la decisión tomada por Louis. Bueno, es una forma de decir. 

Lo cierto es que El Chico fue al departamento de Louis a coger y a drogarse, Louis fue para ser entrevistado. Una pequeña diferencia de criterios que nos muestra que Lou eligió a Daniel y no al revés. Louis necesitaba romper las reglas de Lestat, contar su historia. Lo cual ¡por supuesto! estaba prohibido por la asamblea de París. 
 
La entrevista de AMC ocurrió como lo escribió Anne Rice, pero cuando Daniel le pidió el Don Oscuro, Louis lo atacó con intenciones de matarlo. Bebió su sangre repleta, desbordada de cocaína, y eso trajo consecuencias inesperadas. Para el vampiro, obviamente.

Cuando Armand se percató del peligro, de que había amanecido y de que Lou todavía no había vuelto de su entrevista, fue para el departamento de Divisadero. Encontró lo que pensaba encontrar, a Louis atacando a Daniel. Decidió salvarle la vida. 

La escena derivó en un ataque de celos bastante subido de tono en el que Armand reclamaba la desprolijidad y la impericia de Louis para con los humanos. Louis aprovechó para quejarse de las vicisitudes de la relación entre ambos. Sin embargo, el eje de la discusión no era Daniel, sino Lestat.

Se reclamaron como cien años de celos y mal trato; gritaron, se agredieron, se insultaron, se echaron culpas reproduciendo cierta dinámica heterosexual humana, y después Lou decidió que ya era hora de morir, subió corriendo hasta la terraza del edificio y se expuso al sol de la mañana. 

Ese día Armand también le salvó la vida a Louis. No porque le importara perderlo, sino porque quería seguir discutiendo. Louis quedó bastante chamuscado después del sol, no tenía edad ni fuerza suficientes para soportar semejante agresión, de hecho quedó inválido durante un tiempo. 

Así que Armand estuvo encerrado con los dos moribundos durante cinco días y sus noches. Mientras Lou se recuperaba de las quemaduras, Armand torturaba prolijamente a Daniel, al tiempo que intentaba conectar con Lestat para contarle lo que había pasado, porque chisme siempre. 

Lestat estaba del otro lado del país, en la casa de La rue Royal 1132, en Nueva Orleans, o por ahí cerca. Entre los vampiros, un intento de suicidio no es una cuestión menor, los enfrenta a la propia muerte, enciende las alertas, pero también la bondad de todos los congéneres. Incluso logró que Armand tomara una actitud altruista. 

El último día en Divisadero Street, Armand decidió que Daniel debía morir, pero entonces fue Louis quien lo convenció de no matarlo. Ahí fue cuando se le ocurrió editar los hechos en la memoria de los otros. 

Una técnica ancestral, más práctica que caprichosa; una estrategia transmitida por su creador, el Maestro, el amo blanco, Marius de Romanus, durante los días de Venecia, cuando después de prostituirlo y morderlo en el cuello, siendo aún un tierno mortal adolescente, sanaba las perforaciones con saliva, le apoyaba una mano en el pecho y le susurraba al oído no recuerdes. 


El señor tijeras

 


El tiempo fue creado por la muerte. Para ver crecer aquello que matará.
True detective (The secret fate of all life)

 

Este espacio contiene spoilers de Las crónicas vampíricas de Anne Rice y el Universo inmortal de AMC.

Ya hablamos del erudito, el malcriado, el tirano ¡porqué me suena!, el padre de La Criatura. Las crónicas escritas describen que Marius, el hijo de Roma, fue separado de Amadeo en condiciones traumáticas. Aunque en retrospectiva se vuelve evidente que tanto Bianca, como Pandora y Amadeo se exiliaron de el amo blanco por necesidad. 

Para aclarar este punto controversial, que a todas luces es sobre Amadeo, diré que si Santino no se lo hubiera llevado a la rastra, Amadeo igualmente hubiera corrido tras el barco del exilio con total convicción.

Amadeo dejó escrito en su propia crónica que Marius era un tirano. Gritó, berreó, pataleó, fue azotado, amenazado, encerrado, nada funcionó entonces. Nada cambió la configuración de la relación entre ambos, porque Marius no logró soltar la máscara. El Maestro razonable, el erudito riguroso, le ganó todas las partidas. 

El esbirro del diablo, en cambio, solo necesitaría tiempo para transformarse en una criatura más siniestra y controladora que el adolescente que corría descalzo y manchado de pintura por las habitaciones del Palazzo. Y una de las formas más eficaces de control será para él, sin dudas, ocultar su poder. La otra forma de ejercer su poder será la sumisión. 

[...] Hizo lo que cualquier vampiro podía hacer: romper esos gruesos pedazos de madera; sin embargo, hizo únicamente lo propio del vampiro. No parecía haber nada humano en él; incluso sus facciones bellas y su pelo moreno se convertían en los atributos de un ángel terrible, que sólo compartía con el resto de nosotros un parecido superficial. El abrigo hecho a medida era un espejismo. Y aunque me sentía atraído por él, con más fuerza quizá de lo que jamás me había sentido atraído por criatura alguna, salvo por Claudia, me fascinaba de una manera muy próxima al miedo. [...]

Al punto de simular ser un sirviente -el musulmán Rashid, en la serie de AMC- para tener vigilado de cerca al periodista Daniel Molloy, pero también a Louis, su compañero inmortal, en los días de la segunda entrevista en Dubai, durante la pandemia de CoVid de 2022.

Punto para AMC.

Vemos que en la entrevista de Dubai Armand ocultará su condición a Daniel. Vigilará callado, preparará algunos tragos, servirá el almuerzo, manejará las luces y la calefacción desde su tablet, mientras ejerce un control estricto sobre su pareja y la relación con Molloy. De paso va a meter alguna que otra sugerencia cuando se vayan a la cama. 

Complicadas las capacidades cognitivas del duende manipulador. 

En realidad Armand estará verificando que sus borraduras, esto es, la edición de los hechos pasados en la memoria de los otros dos, su complicidad con Lestat y con Santiago, y su intervención en la muerte de Claudia en el Teatro de los vampiros, no salgan a la luz. 

Flor de poder, aunque previsible viniendo de Armand, editar la memoria de los otros cual un archivo de Word. La serie dejará al descubierto que Armand literalmente se ocupó de borrar del pensamiento de Louis y de Daniel todas las cagadas que se mandó en el pasado. Borrará hechos puntuales, de situaciones que los vincularon durante la entrevista original, allá por los ´80, en el departamento de la calle Divisadero. 

Armand siempre rebotando entre el éxtasis y la agonía. Pero esta vez va a pagar un precio muy alto por la traición, va a perder a Louis, tal vez la única criatura en todo el universo que le importó de verdad más allá de sí mismo. Así, Louis no se convertirá en la herida, sino en un hueco a amor. 

A pesar de las advertencias, la agresión física, y las amenazas de muerte de Louis, Armand tendrá una última actitud de despecho antes del final: convertirá a Daniel Molloy en bebedor de sangre. Según las crónicas, doce años después de la primera entrevista en Divisadero Street, habiéndolo convertido desde esa misma noche en un adicto a su sangre, su propio esbirro. Según la serie, la noche que Louis lo abandona en Dubai, al finalizar la entrevista de 2022. 

La oscuridad que se cocina entre estos personajes es inaudita. Descubre una trama oculta, sin solución de continuidad, mucho más compleja y genuina que la que presenta Anne Rice en sus crónicas escritas. Este upside down del menage a trois fue creado, con solo indicios, por AMC.

Punto para AMC.

Y al menos en la serie Lestat ya tuvo su oportunidad de redención. Hasta que la cague de nuevo, la máscara se resquebrajó y pudo verse asomar una criatura singular y generosa que estaba escondida. Aún así, tengo que advertirles que es una ficción y no lo intenten en sus casas. No lo olviden: los narcisistas son, como mínimo, peligrosos. Sobre todo si tienen colmillos.

En cuanto a Marius, no tuvo su momento todavía. Veremos lo que puede hacer por él AMC.



Séptimo hijo

 


Alto ahí, vampiro. Esta crítica contiene spoilers sobre Las crónicas vampíricas de Anne Rice.


[...] I´m going to miss this place. There’s not an inch of this city that wasn’t built from the fierce wilderness that surrounds it. Hurricanes, floods, fevers. The damp climate on every painted sign, every stone facade. High windows, through which enameled bits of civilization glitter. Silhouettes emerging, wandering out to catch a silent flash of lightning. The silky warmth of summer rain. Desesperate alive, desesperate fragile. [...]


Durante toda la historia, muchos lo han llamado malcriado. Lo cierto es que Lestat soltó las riendas de la moral y las buenas costumbres muy tarde en su vida humana. Actitud casi lindante con las fronteras de su vida vampírica. 

Antes de eso fue un hijo respetuoso y recoleto, pasivo. Víctima de su madre, su padre y sus hermanos. Proveedor, séptimo, anteúltimo hijo, se hizo cargo de todas las situaciones que sus hermanos supieron evadir con total destreza: un castillo destruido en L´Auvernia, sin posibilidad alguna de volver a ser un hogar; la miseria, la pobreza intelectual de la casa, la gran carga de un padre ciego y bestial, y una madre tísica a punto de morir. 

Para colmo de males, una manada de lobos que azolaba la aldea, y la presión de los vecinos para que se ocupara de ellos. Situación que le hizo ganar el favor de la Reina.

Pero todo vampiro nace de un trauma.

Vamos a ser redundantes, sí. Nadie le preguntó a Lestat si quería seguir viviendo su vida de mierda al lado de Nicholas, durmiendo en una buhardilla roñosa de Paris, actuando en las calles por unas monedas apenas para comer, o recibir el don oscuro. No importa lo que hubiera decidido, en contexto o fuera de él, lo grave fue, desde un principio, la falta de la posibilidad de elección. 

Es que su transformación en bebedor de sangre fue, ahora lo sabemos, una orden de la Reina Madre. Y todos los actores que intervinieron en esa transformación prodigiosa, y en el acercamiento posterior a la Reina, todos, desde el primero (Magnus) al último (Marius) tomaron la situación como lo que fue: un mandato ineluctable. 

Lestat fue creado para ser el Consorte Real. 

Es lógico, siendo Akasha implacable como era ¿Quién en toda la creación vampírica sería capaz de cuestionar la decisión de la única portadora de la semilla de Amel? Ninguno que quisiera vivir lo suficiente. 

Louis sí fue consultado, y tuvo la posibilidad de elegir. Aunque no entendió lo que significaba.

Pero ¿por qué los lectores de Las Crónicas, sus compañeros de aventuras por la vida eterna, y la misma Madre inmortal que lo eligió insisten siempre en llamarle malcriado?

Tal vez porque en París, ya nacido, cuando compró el Teatro Renaud, se asoció con Armand, y reclutó algunos de los vampiros del aquelarre mugriento que sobrevivieron al fuego, escribió para el grupo un puñadito de reglas que todo buen vampiro debería seguir. Las reglas las pensaron juntos y las dejaron escritas, hubo consenso. Después Lestat se fue al Nuevo Mundo, conoció a Louis, y mágicamente las olvidó: en América rompió todas las reglas que escribió, de la primera a la última. 

La serie de AMC+ fluctúa un poco en este aspecto, por momentos intenta limpiar la consciencia y la actitud hilarantes de Lestat. Basándose en la premisa de que "la memoria es un monstruo", Louis cuenta dos versiones diferentes y opuestas de algunas de estas situaciones difíciles de asimilar (como la transformación y la posterior muerte de Claudia) pero lo cierto es que en los libros las cosas no son así sino más bien lineales.

Lestat desafía a Marius y a sus reyes de piedra con insolencia, no una sino varias veces: entra al Santuario del Mar Egeo sin permiso, se alimenta de la sangre real de la Madre sin permiso, pone música, toca el violín, practica, se queda dormido. Hace todo lo que Marius le prohíbe y después desaparece; llegado a París, ataca a Armand con un poder debilucho y reciente, sin tener la menor idea a qué tipo de monstruo se enfrenta. Situaciones todas que, de más está decirlo, a los tres vampiros más antiguos y poderosos de la tierra no les mueve ni un pelo, causa un poco de enojo pero también bastante ternura. 

Lestat transforma a la niña para retener a Louis en casa, después la entrega a Armand, el más despiadado de los antiguos, para que haga con ella su voluntad. Lestat hace pública su condición sobrenatural, revela su identidad a cuanto mortal interesante se le cruce, mata sin discreción ni control, hipnotiza, roba, engaña, tiene amantes humanos, usa múltiples identidades para comprar y vender, falsifica documentos, se transforma voluntariamente en una celebridad, provoca a otros vampiros conminándolos a presentarse ante él y cazarlo. Maneja un Porsche negro. 

Mientras los vampiros del mundo se conducen con extrema cautela, escondidos y temerosos aunque feroces, Lestat nunca tiene miedo de ser Lestat. Se divierte como un suicida. Creo que es algo que AMC + desarrolló mejor que Anne Rice. Porque el mismísimo, detrás de esa sonrisa encantadora y esa belleza histriónica, carga un halo irreductible de culpa, dolor y reviente que no lo abandona jamás. 

 A este se le ven los hilos, la ira lo desborda, es impulsivo, su actitud es burlesca, similar a la del bufón medieval. Un poco insoportable, sobre todo para aquellos que vivieron con él. Para ser más clara, AMC logró borronear esa linealidad que había en la escritura, pero también en la construcción de los personajes. Llenó algunos espacios vacíos, porque lo que no se dijo también estaba. 

La serie tampoco duda en dejar clara la obsecuente personalidad de Armand. Pero la obediencia de Armand es apariencia pura, debo decir. Es estrategia. Armand no discute, pero no se deja presionar. Simplemente calcula y dice que no a todo lo que le parece inapropiado. Como hacer otros vampiros, por ejemplo. Responde a sí mismo, y sus motivos jamás son altruistas. Bueno, a veces sí. No necesita parecer feroz, porque lo es. Las muestras de su poder son escasas, hay que buscarlas, confunde. Louis se equivoca con él. Durante décadas no lo sabe leer.

Literalmente no se puede dejar al lobo cuidar de las ovejas.

Deberíamos recordar que por más viejo que sea también él nació de un trauma. Aunque su transformación fue lenta y premeditada, incluso consensuada, a pesar de las dudas de su creador, el final fue precipitado y doloroso: hubo que decidir al borde de la experiencia humana de la muerte. Todo por meterse en la cama de un lord inglés muy celoso, no asumido, con una espada tan afilada como venenosa. No es una metáfora. 

No hay metáfora posible con Armand. 

En la serie, La Talamasca intenta dejar clara su posición frente a la entrevista cuando le advierte a Daniel Molloy:

Usted le teme a Armand, debería temerle al otro...

Raglan James se refiere a Louis de Pointe du Lac. Error de criterio premeditado, con la intención de crear un efecto en la trama de la serie. Todos sabemos que el temor de Daniel es fundante y real. Del temor nace la tortuosa relación que es su karma, y es con Armand no con Louis. Marius tendrá que hacerse cargo de los restos, cuando Daniel sea simplemente descartado, cuando Armand se aburra de él y su adicción a la sangre, después de años y años de jugar al juego del gato y el ratón. 

Ahora, otra pregunta que da vueltas con insistencia durante toda la saga: ¿por qué Lestat se empeñó tanto en ocultar su poder a la familia de Nueva Orleáns?  Digamos en principio que Louis presenta una hipótesis bastante romantizada de la manipulación. Louis opina que Lestat "solo intentaba que la relación entre ambos no fuera tan desigual". Para colmo, en la serie de AMC Louis es negro, lo que duplica la apuesta. 

A las claras el motivo de Lestat es absoluta y completamente selfish. La mejor forma de retener a alguien es cortarle las alas, no darle muestras de su propio poder potencial, enseñarle solo lo suficiente para que ni siquiera se imagine alejándose. 

Y en la trama eso es exactamente lo que hace Lestat; con Louis, pero también con Claudia, esconder el poder posible, limitar la información, sembrar miedo y dudas, no permitirles crecer más allá de su propia decisión de fronteras. 

Víctima de su propia actitud, sí. Pésimo padre, también. Pero si hay algo que el poder hace es desbordarse del individuo: lo habita. Así que el circo de la igualdad les duró poco, fue tan breve como la familia que formaron. Y la configuración familiar finalmente cambió, porque los hijos crecen. 

Lestat tuvo miedo, un miedo atroz, de ser abandonado. Es razonable que ocultara su más profundo temor, lo cuestionable fueron sus métodos. En el top de la cadena alimentaria, el ser más adaptable del universo tuvo miedo de la soledad, tal vez la emoción más banal de la experiencia humana. Desesperadamente vivo, desesperadamente frágil.

El amo blanco


 Alexandre Cabanel. El ángel caído (detalle)

Esta crítica contiene spoilers sobre Las crónicas vampíricas y el Universo Inmortal de Anne Rice.


                                                                                       If I am an angel, paint me with black wings!
                                                                                                        Anne Rice (The vampire Armand)

 

[...] Había algo grotesco en él, acentuado por su gracia y la serenidad imperturbable de su rostro blanco [...]

Anne Rice (Interview with the vampire)


Algunas consideraciones sobre Marius de Romanus:

Dame un senador romano y una esclava celta y te daré un hijo ilegítimo, erudito y políglota (el verdadero malcriado de esta historia) que, pensando que iba a ser un sacerdote druida, se le torció el destino: fue convertido en vampiro adentro de un roble hueco, y cargó con la cruz de la especie sobre sus hombros durante toda la eternidad. 

Marius es el responsable de que Armand sea un jodido. No es que antes de él su corta vida humana hubiera sido más fácil, claro que no, no estoy diciendo eso. Lo que digo es que podría haberle ahorrado al adolescente la continuidad del trauma. 

Esclavizarlo en un Palazzo veneciano de pisos caldeados para obligarlo a pintar, no ayudó. Entregarlo a los ocasionales amigos viciosos que llegaban a la ciudad en busca de diversión, no ayudó. Azotarlo hasta sangrar, cambiarlo por piezas de arte no es precisamente la idea que tenemos sobre ayudar a sanar. 

En Venecia, Marius era un mercader de arte. La moneda de cambio era Amadeo. 

Eso explica la distancia infranqueable. Eso explica el hecho de que, después del ataque de Santino y su pandilla de oscuros, Marius y Amadeo jamás hayan vuelto a intentar siquiera saber el uno del otro. Se creyeron mutuamente perdidos. Sin más. 

El destino fue duro con los dos. La noche del fuego, Marius sufrió quemaduras tan severas que lo incapacitaron durante meses; fue desfigurado, su piel sin poros, marmórea, tan propia de un hijo del milenio se chamuscó, sus órganos se comprimieron, los pulmones fallaron incontables noches. Rascó el borde de la muerte, lloró, gritó, alucinó, maldijo su propia cobardía por no decidirse a matar a Santino.

Y hubiera sido cenizas si no fuera porque atinó a arrojarse al canal. Marius nadó hasta El Santuario, el refugio de los Padres Sagrados, en una isla del Mar Egeo. Un espacio de culto subterráneo, excavado en la piedra de un castillo que él mismo había comprado y acondicionado para darles refugio, después de que el Dios del Roble del bosque de los druidas le pasara la custodia. 

En los días posteriores el amo blanco ni siquiera podría cazar por sí mismo. Se debilitaba, la telepatía no le funcionaba, y el dolor de la carne se volvía insoportable. Después de varios intentos, finalmente pudo dar con el pensamiento esquivo de Bianca Solderini, una mortal veneciana con la que él y Amadeo se habían vinculado antes, sin revelar sus verdaderas intenciones. 

Bianca acudió en ayuda, aunque no entendía bien de qué iba la cosa. A regañadientes participó de su secreto, lo dejó entrar en su mente, hasta que a causa de sus propias limitaciones humanas, también ella fue convertida en una bebedora de sangre. Marius era un tipo muy pragmático cuando se trataba del cuerpo de los otros. 

La noche del fuego Amadeo fue secuestrado por Los hijos de la oscuridad, el grupo de vampiros de Santino con fundación en Roma. Todavía no eran cirujas, pero ya veneraban al diablo y empezaba a gestarse entre ellos una especie de delirio colectivo de reclusión y penitencia. Desde Venecia se los transportó en barco durante días, y el destino final del grupo fue Paris. 

Ya iniciado en los rituales absurdos y bestiales del aquelarre, recién nacido a la oscuridad, sediento, humillado, con el corazón roto y el cerebro frito, se lo imbuyó de poder: Armand se convirtió así en el líder de la asamblea romana de Santino. Poder que cultivó celosamente hasta que llegó Lestat a la ciudad de Paris, y fue convertido por Magnus. Entonces todo cambió:

                        Antes de él solo éramos animales asustados, escondidos detrás de las piedras.

Lestat venía a decirles que no existía tal cosa como dios o como el diablo, que los verdaderos Dioses de la creación eran ellos, los bebedores de sangre, que todos eran iguales y que para ser buenos vampiros no era necesario estar tan sucios. En definitiva, Lestat dijo a viva voz las verdades que Armand se repetía en silencio desde hacía siglos.

Por eso la asamblea de París se rompió con tanta facilidad. Por eso, en un principio Armand quedó prendado de Lestat en una relación de poder tan pegajosa como insostenible. Por eso el vínculo posterior de respeto y complicidad. Más allá de las chicanas mutuas, más allá de Louis y de Claudia, ellos siempre supieron quién era el otro.