Te pegan de
muchas formas
pero ninguna
te hiere lo suficiente
para hacerte
desaparecer.
Porque incluso
lo suficiente,
para
desaparecer no alcanza.
En cambio lográs
con suerte
una cubierta
llena de magulladuras,
alguna que
otra grieta,
tal vez unas
lágrimas mudas,
el cuchillo sostenido
en la boca
y la dignidad absurda del fantasma
y la dignidad absurda del fantasma
Karina Rodríguez
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