El hada cachada

 

by visual artist Marion Bordeyne (@galaxyspeaking)



Don´t be afraid. Just start the tape
(Interview with the vampire)

Este post contiene spoilers del universo inmortal de Anne Rice. Muchos.

Es válido preguntarse cómo es posible que el tipo que Armand torturó durante cinco días en el depto. de Divisadero Street haya tenido el coraje de volver cincuenta años después para joder, en lo posible romper, su larga relación de convivencia con Louis. 

Aunque no recordara, su instinto debería haberlo salvado. Cuando empezaron los flashes mentales de lo que Armand le había hecho, la dureza de sus palabras, la agresividad en el rostro, los ojos demoníacos, la violencia con la que lo golpeaba, las heridas del cuerpo, su-instinto-debería-haberlo-detenido. 

Molloy volvió decidido a cuestionar cada una de las afirmaciones románticas de los vampiros, las anteriores y las nuevas, incluso los sentimientos fueron puestos en jaque. Tanto, y tan tensa se volvió la entrevista, que en algunas ocasiones Louis y Armand se vieron obligados a ejercitar la tortura mental contra él, extrayendo recuerdos indecorosos y tristes de su vida privada para frenarlo un poco. 

Así que una vez pensado esto, ninguno de los dos dudó en meterse dentro de las regiones más oscuras de su mente para sacarle detalles de la relación con su esposa y sus dos hijas, de su pasado de adicciones, e incluso de su infancia. Por supuesto que esa fue una idea del duende manipulador:

[...]
— May I make an observation, Louis?
— I lost control of the interview...
— Yes...
— He's skilled
— He wants you in pieces, Louis. For the privilege of putting them together as he sees fit.
— It´s his job
— It´s his drug. He´s reveling in it! You should end it.
— No!
— Put him back on a plane is what I mean. 
— No...
— The boy we met in San Francisco, the one who fumbled over his tape-recording device, who barely understood the meaning of the story he was being told...He´s still in there...somewhere...We can find him. We can have him saying, "What happened next?" in no time. 
— But how?
— We do it togheter. As always, like everything we´ve done for the past seventy years, Louis.
[...]

Monstruo.

Pero ¿y los motivos de Louis para semejante empresa?

La sensación de alejamiento del mundo de los hombres, la indecible soledad, la fascinación que ejerce entre los humanos esa extraña patria que es la vida vampírica, no alcanzan para entender la necesidad de Louis de contar su historia. Hay que sumar el altísimo riesgo al que se expuso, a sí mismo y a toda la especie, al contarla eligiendo un medio tan masivo como podría ser un libro.

Armand desarrolló una teoría respecto del comportamiento de Louis. Un tanto romántica, si se quiere. Armand creía que Louis lo hacía para atraer la atención de Lestat otra vez hacia él. Al verse expuesto en un libro con nombres, apellidos, hechos y datos ciertos de su propia historia, Louis pudo haber anticipado que produciría en su creador como mínimo enojo, pero posiblemente también una réplica feroz. Así fue.  
 
De las crónicas escritas no recuerdo que Armand tuviera ningún tipo de remordimiento por la muerte de Claudia, tampoco por las pruebas médicas con su cuerpo de niña. De algún modo, Armand optó por el silencio, ensayó desentenderse de ese pasado indigesto que lo señalaba como lo que era: un depredador vulgar. Algunos párrafos de su crónica revelan parte de lo que él calla:

[...]El tiempo terminó por destruir el amor que nos profesábamos, el tiempo socavó nuestra grata intimidad, el tiempo devoró la conversación y los placeres que habíamos compartido. Aún así, fue otro elemento el que participó de nuestra destrucción. Quisiera no hablar de eso pero ¿quién de los nuestros permitiría que guardara silencio sobre la cuestión de Claudia, la niña que todos me acusan de haber destruido?[...]
[...] Claudia no estaba en condiciones de salvarse después de la carnicería que yo había cometido con ella. [...]
[...]Claudia constituía el espécimen perfecto para mis caprichos, lo que eclipsó toda fe que yo hubiera podido reivindicar posteriormente en haras del noble valor de mis experimentos. Así que el secreto permaneció encerrado en mi, que había asistido a siglos de refinadas e inenarrables atrocidades. Ese era un episodio no apto para los delicados oidos de Louis [...]

Este de arriba es un período de lectura superficial de Louis, un momento de niebla melancólica de Armand. Louis fue un asesino consumado, con tendencia al desquicio. No sabía cómo detenerse ante sus víctimas. Esto dista mucho de la piedad que se le atribuía o de una humanidad exacerbada.  

La serie no se equivoca en ese aspecto, no duda en usar los varios matices de los personajes. En especial si consideramos que el guión sobre la relación hace centro en que "Armand está con Louis para salvar a Louis de sí mismo".  Hay verdad en esa afirmación. Hay verdad en la refutación de Lestat, y en cierto modo también cobra sentido la advertencia de La Talamasca para Daniel Molloy "usted le teme a Armand, debería temerle al otro". 

Deberías temerle a los dos, Daniel. 

Tal vez por eso Lestat fue reivindicado. No digo que sea un mártir, eso no, pero debería haber escuchado las palabras de Armand, porque muchas de las advertencias sobre Nicholas, Louis y Claudia se cumplieron. Es por cierto un intercambio muy interesante el que sucede todo el tiempo entre Armand y Lestat, aunque es poco explorado por la serie. 

Lestat era un vampiro, igual que yo, un hijo del mil setecientos, según calculan los entendidos; un vampiro descarado, brillante, torpe, alegre y bribón, disfrazado de la apariencia de un jóven. Había venido a apagar el fuego sagrado que todavía ardía en una grieta de mi alma, y a esparcir las cenizas a los cuatro vientos.

En la representación de AMC no será tan joven, y la palabra torpe no le hace justicia. Yo diría mordaz. La realidad es que cumplir años no constituye ningún tipo de mérito, ni en los vampiros ni en los mortales. Aunque es cierto que en este contexto puntual, el vampiro más antiguo fue el más sabio. 

Louis lamentaba la caída en desgracia de su generación, yo lamentaba la caída en desgracia de siglos

Durante un tiempo, las crónicas de los otros vampiros afirmaban que Armand era el más antiguo sobre la tierra. Esto lo dijeron los otros, Armand sabía la verdad, porque el creador se siente en el cuerpo, aunque sea imposible comunicarse con él si no es a través de terceros. Todo el rato Armand supo que Marius estaba vivo, lejos pero vivo. Sin embargo, ignoraba por completo la existencia de Akasha y Enkil.

La cosa es que después de muchos años de relación con Louis, un atardecer tardío los encontró discutiendo sobre el césped del parque. Y fue Armand quien puso fin cuando hizo la última pregunta posible entre los dos:

— ¿Vas a necesitar algo más, Louis?
— No...

Armand simplemente se puso de pie, se sacudió los restos de pasto del pantalón, le dio la espalda y empezó a caminar. Lo hizo hasta convertirse en un punto distante en el horizonte. Su pensamiento no volvió hacia Louis, su presencia no volvería a ser invocada, no regresaría a la casa que habían compartido. 

Aquella tarde, mientras lo veía alejarse, Louis reconoció la sensación en su pecho, la tensión de la angustia (se llama instinto). Atravesó incontables noches, y en cada una renovaba la esperanza de que Armand volviera, fantaseaba con encontrarlo, detectar su presencia en algún barrio cercano; hasta que el peso de la ausencia lo devolvió a la realidad. La última noche cargó al hombro su ataúd, lo arrojó haciéndolo pedazos contra el pavimento. 

Esto pudo haber ocurrido exactamente a la inversa, es decir, que haya sido Armand quien destruyó el ataúd de Louis. No lo encuentro. 

Pero ¿qué pasa en la serie?

La propuesta de AMC para consolidar la relación entre Armand y Louis fue sencilla: después de que Louis quemara el teatro con los vampiros adentro para vengar la muerte de Claudia, Armand tuvo que dar algunas explicaciones. La noche del fuego, ni Armand ni Lestat asomaron las narices por el teatro, por las dudas se escapara una llamita.

Sin embargo, Armand no se la llevó de arriba, porque antes de eso, quien los entregó a Santiago, quien propició el secuestro que después llevó al juicio, literalmente fue él. Se justificó amenazado por el grupo, pero aún así quedaría en falta con Louis para toda la eternidad. Armand pudo haber hecho algo para salvar a Claudia y no lo hizo.

Así que Louis tomó inmediatamente las riendas del vínculo. Sin indagar demasiado, aceptó el hecho de haber sido salvado por Armand, se tragó la píldora azul; pero aún así, esa noche lo obligó a revelar el paradero de Lestat en París, situación que lo hizo temer por la vida de ambos, así que a regañadientes lo acompañó a enfrentarlo.

Encontraron a Lestat en la guarida de Magnus, el lugar donde había sido creado. Según dijo, había ido allí para reflexionar sobre sus orígenes y su pésimo temperamento. El graznido melancólico de un pájaro nocturno, nada más. 

Louis encendió fuego en la mano para amenazar a Lestat, Armand para cubrir la retaguardia de Louis, porque sabía que si Lestat respondía la amenaza, terminarían todos muertos. Louis lo enfrentó, y parecía dispuesto a matarlo. 

Lo cierto es que Lestat estaba muy tranquilo esa noche, muy en sí mismo, irreconocible. Con el temple de quien por fin ha hecho lo correcto. Aún así, sin ánimos de parecer una amenaza, Armand se mostraba preparado para un posible ataque. La idea de matar a Lestat con fuego debió de parecerle bastante surrealista, pero lo mantuvo alerta todo el tiempo que duró la reunión. 

Lestat intentó calmar los ánimos infernales. Guardó silencio mientras Louis lo amenazaba, cuando le aseguró que no quería volver a verlo y que se iría con Armand. No fueron Armand y Louis quienes consolidaron su propia relación en el tiempo, fue Lestat quien lo hizo. Fue una alianza forzada, impropia, contra Lestat. Parecen los políticos argentinos.

Aún así, Lestat estaba seguro de que el tiempo le daría la razón, no importaba lo que costara, al final pasaría. La verdad saldría tarde o temprano a la luz, y estaba dispuesto a esperar, porque después de todo ¿Qué es el tiempo para un vampiro?

Entonces, si todo adquirió cierto orden ¿qué se le escapó a la Reina de las Hadas?

A pesar de su edad, Armand todavía disfrutaba de cazar su propia comida. ¡Por qué no me sorprende! El procedimiento se trataba de atrapar algún idiota ambicioso en las redes sociales. Les proponía un juego simple: fijar un punto determinado en la ciudad y correr hasta allí; les daba cierta ventaja, por supuesto, de otro modo la cacería no cobraría sentido. Si lograba alcanzarlos antes del punto acordado, morían desangrados, si no, el pago se les hacía en criptomoneda. 

Armand nunca tuvo que hacer ningún pago.

Una hora se quedaron solos Louis y Daniel, una hora. Y a pesar de la magia metronómica desarrollada por Armand sobre ellos, las cosas se descontrolaron igual. Esa noche el pirata informático de las criptomonedas perdió la carrera y la vida en los brazos de Armand el vampiro. Armand y sus pequeños zapatos deportivos Jimmy Choo lo alcanzaron en el edificio Burj Khalifa mucho antes del punto acordado, en la Mezquita de Jumeriah.

Aún así, fue Armand quien perdió más: se resquebrajaba la máscara que había portado frente a Louis durante décadas. Cuando volvió de cazar había cambiado por completo el esquema que sostenía su vida (y la trama de la serie). Se precipitaba el temido final. En su ausencia, el vampiro y el periodista habían logrado hablar de los días pasados de 1973 en Divisadero Street, comparar recuerdos, sensaciones, heridas. 

Gracias a una de las cintas originales de ese año, se reveló la estrategia de la edición de Armand, el intento de suicidio de Louis, el secuestro y la tortura de Daniel, y empezaron las dudas de Daniel, pero también de Louis sobre Armand y la relación que los vinculaba. Después La Talamasca metió el gol del triunfo.

Lo que pasa en la serie, pero no tanto en los libros, es que los vampiros parecerían haber puesto su condición de depredadores en suspensión temporal para sumergirse casi por completo en una humanidad perdida y sus conflictos banales. 

Proverbial la semejanza entre el vampiro moderno y el empresario.  

Los vampiros se adaptaron a este mundo, conviven con la especie humana en cierta armonía, intentan afectarla lo menos posible. Lejanos quedaron los días de Egipto, cuando se comportaban como lo que eran: una hueste de criaturas salvajes nacidas del hombre, pero reñidas con toda humanidad, con un imperativo categórico y una moral propias. 

Estas breves ideas podrían asemejarse a entidades como el Gran Cthulhu o los White Walkers de GOT, de hecho podría existir algún tipo de paralelismo, pero no. Esta especie nada tiene que ver con evolución pero sí mucho con la supervivencia. No son humanos degenerados, la transformación es inmediata, el espíritu de Amel habita y transforma a su huésped. 

No hay evolución. Los vampiros de Anne Rice tienen los mismos poderes desde el principio de la especie, desde hace miles de años. En la voluntad de cada vampiro radica la posibilidad de aprender de sí mismo, habilitar y desarrollar esos poderes que vendrán de la sangre del creador, pero que se potenciarán con la edad.

Hay un encadenamiento natural entre el vampiro y el ser anterior, el que ha dejado atrás. Sin embargo, el truco de supervivencia del vampiro ha sido, desde tiempos remotos, además de ser un depredador del hombre, saber esconderse bien, camuflarse, disimular su existencia entre el ganado.