Otra vez otra ola otro día otro dios en el derrumbe. Yo soy la palabra que me oculta, soy la sospecha airada de la eternidad. Ámame mientras nos devoramos como a los pájaros que siempre vuelven. Soy una boca de hambre y un terorema de barro. Abjuré del misterio y mi ceniza se desflagra en la luz. Te poseo, mi amor, en las tinieblas yo me llamo también pero ¿quién eres tú, inamovible dama, en este sueño? Aldo Oliva
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