Sísifo


Volvés a ser. Se apaga tu sangre. Sangre negra que drena de la herida para hacerte nacer otra vez. No se le puede poner grilletes a la vida, no. Sería como amordazar el dolor. Vas a resucitar muchas veces más. Hasta el final. Tu cerebro no para, te dormís y teje un sueño. Castigo o privilegio pensado por un dios personal misterioso y solitario. Los dioses son siempre solitarios y la línea entre castigo y privilegio es siempre difusa. En tu carne se gestan el mismo amor, el mismo miedo. Las mismas luces al final del túnel. Todo vuelve a empezar. No importa. Sabés como ser una con tu amor y tu miedo. Sísifo era mujer.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario