Siento, luego existo


Si pudiéramos enumerar todas las cosas que nos llevaron a creer.
Tan sólo recordarlas, una por una.
Si pudiéramos anclar el pensamiento, aislarlo. Ese, como el único. 
La enumeración de los detalles.
Tal vez entenderíamos por qué la esperanza se arraiga y no nos suelta. 
Aunque sea inútil.
Si pudiéramos elegir.



Karina Rodríguez

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